3 de mayo de 2012

ABDICACIÓN DE DIOCLECIANO Y MAXIMIANO.

Busto de Diocleciano. Estambul, Museo Arqueológico.
          Diocleciano entró en la ciudad de Roma a comienzos del invierno de 303. El 20 de noviembre celebró con Maximiano el vigésimo aniversario de su reinado, el décimo aniversario de la tetrarquía, y un triunfo por la guerra contra Persia. Diocleciano pronto se impacientó con la ciudad debido a que los romanos actuaban tomándose lo que Edward Gibbon, siguiendo a Lactancio, calificaba como una "licenciosa familiaridad" hacia él. El pueblo romano no se dirigía a él con la suficiente deferencia a su autoridad suprema; y esperaban que actuase como un gobernante aristocrático, no monárquico. El 20 de diciembre de 303.Diocleciano interrumpió abruptamente su estancia en Roma y partió hacia el norte. Ni siquiera llevó a cabo las ceremonias de investidura de su noveno consulado, sino que las hizo en Rávena el 1 de enero de 304. El Panegyri Latini y un relato de Lactancio sugieren que Diocleciano hizo planes en Roma para su futura retirada y la de Maximiano del poder. Maximiano, según estos relatos, juró respetar el plan de Diocleciano en una ceremonia en el Templo de Júpiter.

Diocleciano partió desde Rávena hacia el Danubio. Ahí, posiblemente en compañía de Galerio, tomó parte en una campaña contra los carpianos. Contrajo una enfermedad leve durante la campaña, pero su condición física comenzó a empeorar rápidamente y eligió continuar el viaje en una litera. A finales del verano partió hacia Nicomedia y el 20 de noviembre apareció en público para la inauguración del circo que se había construido al lado del palacio. Se desvaneció poco después de las ceremonias y, durante el invierno de 304-305, se mantuvo recluido en su palacio todo el tiempo. Surgieron rumores acerca de la muerte de Diocleciano, en los que se sugería que se estaba ocultando el hecho hasta que Galerio pudiera llegar a la ciudad para asumir el poder, y el 13 de diciembre parece que todo el mundo había asumido su muerte. La ciudad se vistió de luto y sólo lograron ponerle freno mediante una declaración pública de que el emperador estaba vivo. Cuando Diocleciano reapareció al fin en público, el 1 de marzo de 305, estaba demacrado y casi irreconocible. Galerio llegó a la ciudad algo más tarde ese mismo mes. Según Lactancio, llegó armado y con planes de reconstituir la tetrarquía, forzando a Diocleciano a abdicar y colocar en la oficina imperial a las personas de su confianza. Lactancio también dice que había hecho lo mismo con Maximiano en Sirmium.

Moneda con el rostro de Maximiano.
El 1 de mayo de 305 Diocleciano convocó una asamblea de sus generales, las tropas que acompañaban al emperador, y representantes de las legiones más distantes. Se reunieron en la misma colina a las afueras de Nicomedia en la que Diocleciano había sido proclamado emperador. Delante de la estatua de Júpiter, su principal deidad, Diocleciano se dirigió a la multitud y con lágrimas en los ojos les explicó su debilidad, su necesidad de descanso y su deseo de renunciar. Declaró que necesitaba pasar el deber del imperio a alguien más fuerte. Con ello se convirtió en el primer emperador romano en abdicar voluntariamente.
    
       Tras veinte años de gobierno conjunto, Diocleciano y Maximiano abdican de su cargo de Augusto el 1 de mayo del año 305 (hace 1707 años), siendo sustituidos, conforme a lo estipulado en la fórmula de la tetrarquía, por  Constancio Cloro y Galerio.

Trabajo realizado por
Julián Ferraz Rodríguez, alumno de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

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