29 de marzo de 2012

INICIO DE LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN AMPURIAS.

A pesar de que se conocía el emplazamiento exacto de la ciudad de Ampurias desde el siglo XV, las excavaciones no comenzaron hasta finales del siglo XVIII, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando se iniciaron las primeras investigaciones arqueológicas con una metodología con carácter científico. Éstas empezaron en 1908 a iniciativa de la Junta de Museos de Barcelona, de la cual formaban parte la Diputación Provincial de Barcelona, actual propietaria del yacimiento, y el Ayuntamiento de la ciudad del mismo nombre. El impulsor de dicho proyecto fue Josep Puig i Cadafalch, aunque los trabajos de campo los dirigió Emilio Gandia, quien tuvo que desarrollar un método arqueológico estratigráfico propio.

Primera visita de Josep Puig i Cadafach a Emporion al comienzo de las excavaciones. Las personas presentes en la fotografía son: 1.- J. Puig i Cadafalch; 2.- J. Pijoan, vocal de la Junta de Museos de Barcelona; 3.- R. Pi; 4.- J. Poch, miembros de la Junta Delegada de la Escala.

           Sin formación previa en Arqueología, Gandia regitró detalladamente todos los detalles de sus excavaciones, que anotaba a medida que se producían y luego traspasaba a limpio en sus famosos Diarios, que permanecen inéditos a pesar de haber sido utilizados en todos los trabajos posteriores sobre el yacimiento.  La Guerra Civil española frenó en seco las investigaciones, las cuales no se reanudaron hasta 1939, bajo la dirección del profesor Martín Almagro Basch, quien con ayuda del ejército comenzó la investigación de la ciudad romana. De 1940-1965 se descubren tramos de la muralla romana, la domus y el foro. En los 40 realizan algunas catas en la ciudad griega. Se llevan a cabo publicaciones de poca entidad, salvo sobre las necrópolis.

A partir de 1965 la dirección recayó en el prehistoriador Eduardo Ripoll (entre 1965 y 1981), alumno de Almagro, quien hace catas estratigráficas en el área del foro y zonas circundantes. Se excava extramuros con el fin de encontrar el poblado indígena. La ciudad griega no se toca y, en cuanto a la romana, sólo se halla una instalación militar romana del segundo cuarto del II a. C. A partir de 1981 y hasta fechas recientes el director de la excavación ha sido Enric Sanmartí, durante las últimas dos décadas gracias al incremento de los recursos humanos y económicos se ha incrementando notablemente la información sobre la ciudad romana y la Neápolis, en este último caso se ha logrado conocer gran parte de la evolución de dicho lugar desde el siglo V a.C. Actualmente la investigación arqueológica del yacimiento, que es una de las sedes del Museo Arqueológico de Cataluña es desarrollada por un equipo formado por Pere Castanyer, Marta Santos, Quim Tremoleda i Xabier Aquilué. Las piezas encontradas son principalmente griegas, romanas e iberas, y se conservan en el Museo Arqueológico de Cataluña, en sus centros de Ampurias (entre la ciudad griega y la romana) y Barcelona. Se trata fundamentalmente de vasijas de cerámica, mosaicos, esculturas, sarcófagos, joyas y herramientas.


Trabajo realizado por
Lillis Mauris Mora Carrillo, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

22 de marzo de 2012

MUERTE DE GALIENO

En el 268 Galieno perdió el control de una gran parte de Galia, donde otro general, Póstumohabía declarado su propio imperio, conocido como el Imperio Galo. En la lucha contra este usurpador entró en juego otro general,  Claudio II Gótico Gótico, que, tal como se iba haciendo tradicionalmente, ganó la lealtad de su ejército y sucedió a Galieno en el Imperio.

Busto de Galieno.
          Irónicamente, Galieno consiguió los mayores logros de su gobierno meses antes de morir, en el 22 de marzo del 268 (hace 1744 años). Una invasión de godos en la provincia de Panonia se aventuraba desastrosa e incluso amenazante para la capital, mientras que al mismo tiempo los alamanes arrasaban el norte de Italia. Galieno detuvo el avance godo derrotándoles en la batalla. Luego se dirigió el norte y obtuvo varias victorias contra los alamanes. Cuando éstos fueron vencidos se volvió de nuevo contra los godos y, o bien él en persona o bien el general en jefe Claudio, llevaron al ejército romano a la victoria, aunque el comandante de caballería Aureliano fuera el verdadero vencedor.

En vísperas de estos acontecimientos, Galieno debió afrontar la rebelión de Aureolo, un general con tropas acantonadas en Iliria. Aureolo invadió Italia y tomó Milán. Galieno marchó a combatirle y puso sitio a la ciudad, pero, en medio de estas acciones militares, pereció asesinado. Muchos rumores involucraron a Claudio y a Aureliano en el complot, a pesar de que Claudio ordenase proteger a los familiares y partidarios de Galieno.

Durante el reinado de Galieno cesó la persecución de los cristianos, aunque la prohibición de esta religión seguía vigente. Esta actitud del gobierno imperial durará hasta el 303, cuando Diocleciano volvió a ordenar una gran represión.

La valoración histórica de Galieno es dificultosa. Por una parte, mostró gran energía en combatir a los pueblos invasores y en reprimir numerosos intentos por derrocarle, bien sea enviando asesinos contra los pretendientes, o bien derrotándoles en batalla. Por la otra, fue incapaz de unificar al Imperio romano, de facto dividido en tres al terminar su reinado (el Imperio Galo al oeste, el Imperio romano mismo, y los dominios de Zenobia en el Imperio de Palmira, al este). Era hombre ilustrado él mismo, pero no pudo, o no tuvo interés, en promover la cultura. Intentó varias reformas, pero éstas no trajeron paz al Imperio. Nadie pone en duda que el reinado de Galieno fue una época muy sombría para el Imperio romano, pero es difícil determinar si esto se debió a que las circunstancias sobrepasaron con mucho al Emperador, o si éste simplemente no tenía la competencia suficiente para regir al Imperio en aquellas circunstancia.

Trabajo realizado por
Julián Ferraz Rodríguez, alumno de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

21 de marzo de 2012

EL NACIMIENTO DE OVIDIO.


            Nació el 20 de marzo del año 43 a. C. (hace hoy 2053 años) en Sulmona (Italia), como él mismo dice, en el país de los pelignos. Era caballero de rancia estirpe, de cuya antigüedad se sentía orgulloso.
Estatua de Ovidio.
Su padre fue propietario de fincas y murió a los noventa años, poco antes que su madre. Su hermano había nacido exactamente un año antes que él y fue su compañero en los estudios que realizaba en Roma sobre retórica, en un principio para dedicarse al Derecho, pero fue dando muestras de sensibilidad poética en detrimento de la elocuencia prosaica requerida en el foro. Tuvo como maestros de elocuencia a Higino, Aurelio Fusco, originario de Asia Menor, y Porcio Latrón, de Hispania. Compartió con su hermano la vida política hasta los veinte años, edad a la que éste falleció. A la muerte de su padre, Ovidio se convirtió en heredero de todas las posesiones, por lo que pudo vivir sin preocupaciones y viajar a diferentes lugares como Atenas, Asia Menor y Sicilia, donde completó sus estudios, dedicándose ya plenamente a la poesía.

Escribió Las Metamorfosis, epopeya en 15 volúmenes que recoge gran parte de la mitología grecorromana, poniendo énfasis en las transformaciones sufridas por al menos uno de los protagonistas, desde el origen del cosmos hasta la muerte y apoteosis del emperador Cayo Julio César. La obra, que se conserva casi íntegra, no sólo fue una gran fuente de inspiración para autores posteriores, sino que dio a los estudiosos un material único sobre mitología clásica. Otra de sus obras de madurez fue los Fastos, inconclusa, donde Ovidio explica el origen de los nombres de los meses y las fiestas del calendario romano.

No obstante su gran fama en la época, un enfrentamiento con el emperador César Augusto en el año 8 a.C., le llevó a un exilio obligado a Tomis, una ciudad ubicada en la costa oeste del Mar Negro, donde pasó el resto de sus días. No se sabe a ciencia cierta por qué le exilió; unos dicen que porque estaba presente en ceremonias de adivinación donde se hablaba del destino del emperador, otras por el tono erótico de sus poemas y la última y más probable porque Ovidio tenía conocimiento de los devaneos amorosos de la hija del emperador, Julia. Durante este período de exilio, Ovidio escribió otras dos colecciones de poemas: Tristes y Cartas del Ponto.


Trabajo realizado por
Fabio Fernández Marrero, alumno de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

20 de marzo de 2012

INCENDIO EN EL TEMPLO DE APOLO PALATINO.

           El 19 de marzo del 363, (hace 1647 años) una gran catástrofe abatió a Roma, la capital del Imperio: el templo de Apolo Palatino se estaba incendiado.

Al parecer, el incendio se produjo la noche entre el 18 y 19 de marzo en la parte sureste del Circo Máximo, en las cercanías de la Puerta Capena, propagandose el fuego con extraordinaria rapidez, debido principalmente a tres factores.

Capitel del templo de Apolo Palatino.
La enorme cantidad de material inflamable que el fuego encontró a su paso y su disposición se correspondían con la mala urbanización y construcción de las casas, que formaban calles estrechas y tortuosas y, por lo tanto, en un momento estalló y creció el incendio... No había casas protegidas por recintos resistentes ni templos rodeados de muros, ni cosa alguna que pudiera representar un obstáculo.

Al parecer, el fuego fue también activado por un fuerte viento. Puesto que el viento, que provenía del sur y suroeste, cubrió toda la longitud del circo, provocó la propagación del fuego hacia el norte y noroeste de la ciudad, extendiéndose por el Foro Boario, monte Celio, Monte Palatino y la Vía Triunfal, y de allí descendió al valle Mucio, hacia la colina Velia y hacia donde, más tarde, se asentaría el Anfiteatro Flavio, el monte Fagutal y el Monte Oppio.

La precipitación de unos, la confusión de otros y el pánico y el terror de todos provocaron atascos y aglomeraciones, agravando con ello las situaciones de peligro y provocando nuevas desgracias al incendio.
           
     El incendio fue de tal magnitud que estuvo a punto de consumir los Libros Sibilinos, que, desde Augusto, se guardaban en la base de la estatua del dios.

Trabajo realizado por
Cynthia Arrocha Arrocha, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

INCENDIO EN EL FORO ROMANO.


Símbolo de la antigüedad, el Foro Romano era el núcleo de la civilización romana, el centro de la vida política, jurídica y social de la antigua Roma. Por siglos fue el centro de la vida pública de Roma Antigua. En origen era un valle pantanoso, comprendido entre las colinas Capitolino, Palatino, Viminal y Quirinal, luego drenada mediante la excavación de la Cloaca Máxima. Tras erigir allí las basílicas, templos pórticos, monumentos, llega a ser el corazón comercial, jurídico, religioso y político de la ciudad.
Vista del Foro Romano.
El Foro Romano llega a ser muy reducido por el aumento de la población y los emperadores debieron construir hacia el norte nuevos Foros (los Foros Imperiales) y le fue restando importancia.

En el año 210 a. C., en plena Segunda Guerra Púnica, se produjo un pavoroso incendio que destruyó varios edificios del Foro. El templo de Vesta se salvó gracias a trece esclavos, a los que, posteriormente, se les manumitió en recompensa. Otro esclavo acusó a sus amos de haberlo provocado: la investigación descubrió que eran culpables y fueron castigados

En el alto medioevo muchos edificios fueron transformados en iglesias y otros en fortalezas de los barones romanos, el terreno llega a ser pasto de ganado y cantera de piedras de construcción

En el 1700 iniciaron las excavaciones que devolvieron a la luz notables tesoros del arte románico y que prosiguieron después en 1898, dieron a las ruinas la actual disposición.

A la derecha del ingreso principal se encuentran los restos de la Basílica Emilia erigida en el 179 a. C. El pavimento de la antigua calle llamada Argiletum la divide de la Curia, que era la antigua sede del senado Romano. También se levanta el gran Arco de Septimio Severo, construido en el 203 en tres arcadas separadas de blancas columnas y mantenido casi intacto. Sobre la derecha, dejando el arco detrás, vemos los Rostra; es decir, las tribunas desde las cuales hablaban los oradores romanos. Delante de los Rostra, se erige el Templo de Vesta en planta circular, donde ardía perennemente el fuego sagrado, símbolo de la continuidad de la vida de Roma y la Casa de las Vestales consagrada a alimentar continuamente la llama. A lo largo de la calle Sagrada, a la izquierda se encuentran el Templo de Antonino y Faustina y la Basílica de Magencio. La calle Sagrada termina junto al Arco de Tito.

Trabajo realizado por
Jesús Yeray Ramos Arrocha, alumno de 3º ESO B.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

18 de marzo de 2012

LA BATALLA DE MUNDA.

La Batalla de Munda - 17 de marzo de 45 a. C. - (hace 2057 años) fue una victoria de los ejércitos de Julio César sobre los pompeyanos al mando de Tito Labieno y  los hijos del difunto Pompeyo el Grande, Cneo y Sexto, en las llanuras cercanas a la antigua colonia romana inmune de Munda, así como la última batalla de la Segunda Guerra Civil Romana.

Se trató de la batalla más peligrosa y difícil de las batallas de César, el cual llegó a pensar incluso en suicidarse en su momento crítico. El dictador presentó batalla en un terreno desfavorable en grado sumo, al tener que atravesar un torrente y subir a la elevada colina donde se había fortificado Pompeyo el Joven. La ferocidad con la que combatió la Legio X Equestris (futura Gemina) evitó que los cesarianos fueran rodeados y permitió que desplegaran su caballería. Tito Labieno trasladó entonces sus tropas para interceptarlos, pero el movimiento fue interpretado por el resto de los pompeyanos como el inicio de la retirada, lo que precipitó el desastre. Los dos ejércitos se enfrentaron en las llanuras de Munda, en la Bætica. El ejército pompeyano estaba acampado en una colina suave, una posición desfavorable para el ataque de César. Permanecieron a la vista varios días hasta el 17 de marzo, día en el que César inició la batalla.

Libro de la colección Guerreros y Batallas de la editorial Almena con multitud de fotografías, láminas, dibujos y gráficos. Texto: José Ignacio Lago. Ilustraciones: Faustino Martín.
           La batalla duró un tiempo sin ventaja aparente para ningún lado, viéndose forzados los generales a dejar sus posiciones de mando y a unirse a la misma a fin de levantar la moral. César tomó el mando del ala derecha, donde la Legio X Equestris peleaba duramente. Su presencia elevó la moral de la X y empezó a avanzar. Dándose cuenta de la maniobra, Cneo Pompeyo desplazó una legión de su ala derecha para reforzar la izquierda, lo que constituyó un error fatal, ya que el ataque de la Legio X Equestris no era más que una treta.

Tan pronto el flanco derecho de Pompeyo fue debilitado, la caballería de César lanzó un ataque por dicho flanco que cambiaría el desenlace de la batalla. Al mismo tiempo, el rey Bogud de Mauretania, aliado de César, atacó el campamento de Pompeyo desde la retaguardia. Tito Labieno, comandante de la caballería pompeyana, se dio cuenta del ataque y se desplazó al campamento para responder. No obstante, los legionarios pompeyanos, sometidos al fuerte ataque de la X Equestris por el flanco izquierdo, y de la caballería por el derecho, creyeron que Labieno se retiraba. Temiendo lo peor, los legionarios rompieron el frente y huyeron. Muchos soldados pompeyanos murieron durante la retirada. Otros murieron defendiendo la ciudad de Munda. Atio Varo y Tito Labieno murieron, pero Sexto y Gneo Pompeyo alcanzaron la ciudad de Corduba, donde se refugiaron.

Después de esta sangrienta victoria y la muerte de los líderes de la factio pompeyana, Tito Labieno, Publio Accio Varo y Cneo Pompeyo, César pudo regresar a Roma y ser investido con la dictadura perpetua.

Trabajo realizado por
Celia Madrona Montes alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

16 de marzo de 2012

MUERTE DE TIBERIO.


Tiberio Julio César Augusto, nacido con el nombre de Tiberio Claudio Nerón, fue un emperador del Imperio romano que gobernó desde el 18 de septiembre de 14 hasta su muerte, el 16 de marzo de 37 (hace 1975 años). Tras su muerte, se convirtió en el segundo emperador romano perteneciente a la Dinastía Julio-Claudia

Muerte de Tiberio.
Era hijo de Tiberio Claudio Nerón y Livia Drusilla. Su familia se emparentó con la familia imperial cuando su madre se divorció de su padre y contrajo matrimonio con Octavio Augusto (39 a. C). Tras este matrimonio, Tiberio se casó con la hija de Augusto, Julia la Mayor. Fue adoptado formalmente por Augusto el 26 de junio del año 4, entrando a formar parte de la gens Iulia.

           No obstante, posteriormente se enemistó con el emperador Augusto y se vio obligado a exiliarse en Rodas. Sin embargo, tras la muerte de los nietos mayores de Augusto y previsibles herederos del Imperio, Cayo César y Lucio Julio César, unidos al destierro por traición de su nieto menor, Póstumo César, fue llamado por el emperador y nombrado sucesor. En el año 13 los poderes de Augusto y de Tiberio fueron prorrogados por diez años. Sin embargo Augusto murió poco después (19 de agosto de 14), dejando a Tiberio como único heredero. Tiberio murió en Miseno el 16 de marzo de 37 a la edad de 77 años. Según Tácito, la muerte del emperador fue recibida con entusiasmo entre el pueblo romano, sólo para silenciarse repentinamente cuando tuvo noticias de su recuperación y volverse a regocijar cuando Calígula y Macro le asesinaron.
La gente se echó a la calle al grito de Tiberium in Tiberim! (“¡Al Tíber con Tiberio!). Sin embargo, los escritos de Tácito son probablemente apócrifos ya que no son confirmados por ningún otro historiador antiguo. El relato de Tácito puede indicar el sentimiento predominante en el Senado hacia Tiberio en el momento de su muerte. En el testamento de Tiberio, el finado emperador delegaba en Calígula y en Tiberio Gemelo el reinado conjunto. Lo primero que hizo Calígula fue asumir los poderes de Tiberio y asesinar a Tiberio Gemelo.

La caída de Tiberio no se debió a su abuso de poder, sino a su negativa a usarlo. Su reinado, apático en comparación con el de su predecesor, le hizo ganarse la animadversión del pueblo. El Senado había estado funcionando bajo la dirección de Augusto durante años y, cuando Tiberio le quiso devolver su autonomía, éste no supo actuar por sí solo. Tras fracasar, Tiberio pareció desinteresarse de su posición. Tiberio constituye un ejemplo de dejación del poder de Roma. Tras su entronización, todos los poderes fueron transferidos a Tiberio sin ningún plazo.

Trabajo realizado por
Irimar Felipe López, alumna de 3º ESO B.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

ASESINATO DE JULIO CÉSAR.


En los idus de marzo del año 44 a. C.; es decir, el 15 de marzo (hace hoy 2056 años) un grupo de senadores romanos convocó a Julio César al Foro para leerle una petición, escrita por ellos, con el fin de devolver el poder efectivo al Senado. Marco Antonio, que había tenido noticias difusas de la posibilidad del complot a través de Servilio Casca, temiendo lo peor, corrió al Foro e intentó parar a Julio César en las escaleras, antes de que entrara a la reunión del Senado. Pero el grupo de conspiradores interceptó a Julio César justo al pasar por el Teatro de Pompeyo, donde se reunía el Senado romano, y lo condujo a una habitación anexa al pórtico este, donde le entregaron la petición. Cuando el dictador la comenzó a leer, Tulio Cimber, que se la ha-bía entregado, tiró de su túnica, provocando que Julio César le espetara furiosamente «Ista quidem vis est?» (Traducción: ¿Qué clase de violencia es esta?). 

En ese momento, el mencionado Casca, sacando una daga, le asestó un corte en el cuello; el agredido se volvió rápidamente y, clavando su punzón de escritura en el brazo de su agresor, le dijo: «¿Qué haces, Casca, villano?», pues era sacrilegio portar armas dentro de las reuniones del Senado. Casca, asustado, gritó en griego «adelphe, boethei!» (Traducción: ¡Socorro, hermanos!), y, en respuesta a esa petición, todos se lanzaron sobre el dictador, incluido Marco Junio Bruto. César, entonces, intentó salir del edificio para recabar ayuda, pero, cegado por la sangre, tropezó y cayó. Los conspiradores continuaron con su agresión, mientras aquél yacía indefenso en las escaleras bajas del pórtico. De acuerdo con los autores latinos Eutropio y Suetonio, al menos 60 senadores participaron en el asesinato. César recibió 23 puñaladas, de las que, si creemos a Suetonio, solamente una, la segunda recibida en el tórax, fue la mortal.

Muerte de Julio César, pintura de Carl Theodor von Piloty.
Las últimas palabras de César no están establecidas realmente, y hay una polémica en torno a las mismas, siendo las más conocidas:
 
  • Κα σ τέκνον (Traducción: ¿tú también, hijo mío?’).
  • Tu quoque, Brute, filii mei! (Traducción: ‘¡Tú también, Bruto, hijo mío!’).
  • Et tu, Brute? (Traducción: “¿Tú también, Bruto? “.
  • Plutarco nos cuenta que no dijo nada, sino que se cubrió la cabeza con la toga tras ver a Bruto entre sus agresores.

Tras el asesinato, los conspiradores huyeron, dejando el cadáver de César a los pies de una estatua de Pompeyo, donde quedó expuesto por un tiempo. De allí, lo recogieron tres esclavos públicos que lo llevaron a su casa en una litera, de donde Marco Antonio lo recogió y lo mostró al pueblo, que quedó conmocionado por la visión del cadáver. La leyenda cuenta que Calpurnia Pisonis, la mujer de César, después de haber soñado con un presagio terrible, advirtió a César de que tuviera cuidado, pero César ignoró su advertencia diciendo: «Sólo se debe temer al miedo». En otras se cuenta cómo un vidente ciego le había prevenido contra los Idus de Marzo; llegado el día, César le recordó divertido en las escaleras del Senado que aún seguía vivo, a lo que el ciego respondió que los idus no habían acabado aún

Trabajo realizado por
Irene Suárez Cortés, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.
 []


14 de marzo de 2012

MUERTE DE HELIOGÁBALO.

Heliogábalo nació en el año 203 en Emesa, Siria con el nombre de Vario Avito Basiano. Fue un emperador romano que reinó desde el año 218 hasta el 222. En su juventud sirvió como sacerdote del dios El-Gabal en su ciudad natal y sólo fue conocido como Heliogábalo mucho tiempo después de su muerte.

Busto de Heliogábalo. Museos Capitolinos.

          En el año 217, el emperador Caracalla fue asesinado y reemplazado por Marco Opelio Macrino. La tía materna de Caracalla, Julia Mesa, promovió con éxito una revuelta entre la Legio III Gallica para conseguir que su nieto mayor, Heliogábalo, fuera declarado emperador en su lugar. Macrino fue derrotado el 8 de junio de 218, en la Batalla de Antioquía, con lo cual Heliogábalo, de apenas catorce años de edad, ascendió al trono imperial y comenzó un reinado marcado por la polémica.

Durante su mandato, Heliogábalo ignoró las tradiciones religiosas y los tabúes sexuales de Roma. Reemplazó al dios Júpiter, cabeza del panteón romano, por un nuevo dios de carácter menor, Deus Sol Invictus, y obligó a miembros destacados del gobierno de Roma a participar en los ritos religiosos en honor de esta deidad, que él dirigía personalmente. Se casó hasta cinco veces y se dice que otorgó favores a personas que se creía pudieran ser sus amantes homosexuales, hasta el punto de que se le acusó de haberse prostituido él mismo en el palacio imperial. Su comportamiento provocó el rechazo de la Guardia Pretoriana, el Senado romano y el pueblo de Roma.

En medio de una creciente oposición, Heliogábalo, de sólo 18 años de edad, fue asesinado y reemplazado por su primo, Alejandro Severo el 13 de marzo de 222 (hace 1790 años), en un complot tramado por su abuela, Julia Mesa, y por miembros de la Guardia Pretoriana. Heliogábalo desarrolló entre sus contemporáneos una reputación de excentricidad, decadencia y fanatismo que fue probablemente exagerada por sus sucesores y rivales políticos.

Así describe el escritor Dión Casio la muerte de Heliogábalo: “Así que intentó huir, y podría haber llegado a algún lugar escondido en un arcón, pero fue descubierto y le dieron muerte, a los 18 años de edad. Su madre, que lo abrazó estrechamente, pereció con él; cortaron sus cabezas y sus cuerpos, después de haberlos desnudado, primero los arrastraron por toda la ciudad, y luego el cuerpo de la madre fue dejado en algún lugar, mientras que el de él fue arrojado al río Tíber”.


Trabajo realizado por
Natalia Rodríguez González, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

TRIUNFO DE POMPEYO.

El 12 de marzo del 79 a.C  (hace 2091 años) Sila, tras vencer a los partidarios de Mario, se vio obligado a conceder el triunfo a Pompeyo, que había colaborado de manera muy valiosa a la causa. Fue la primera vez que se concedió este honor a alguien que no había sido ni pretor ni cónsul. A lo largo de su carrera, Pompeyo volvería a alcanzar el triunfo en dos ocasiones más.

Cneo Pompeyo Magno provenía de una rica familia itálica de provincias, y alcanzó por sí mismo el rango de la nobleza romana a través de su exitoso liderazgo en diversas campañas. Gracias a sus éxitos, Pompeyo logró un gran prestigio entre sus tropas, hasta el extremo de que ofrecieron sublevarse contra Sila en su favor. Por esta serie de victorias ininterrumpidas, Pompeyo fue proclamado imperator por sus tropas en el campo de batalla de África. Regresó a Roma ese mismo año, y fue recibido por el pueblo con gran entusiasmo. Fue saludado por Sila como Magnus Grande»). El propio Pompeyo sólo usó este título más tarde en su carrera; es casi seguro que Sila fuera sarcástico, considerando la edad de Pompeyo, y pretendía ponerlo en su sitio. A pesar de su aclamación en el campo, oficialmente era un mero privatus («ciudadano privado») y como tal no estaba calificado para el Cursus honorum.

Cneo Pompeyo, el Grande.
Pompeyo exigió un triunfo por sus victorias africanas, lo que Sila rechazo correctamente, ya que era ciudadano particular; Pompeyo mismo rechazó licenciar a sus legiones y apareció con su exigencia a las puertas de Roma. Pompeyo le recordó a Sila que «es normal que el pueblo prefiera el sol naciente frente al sol que se pone». Sila, exasperado, se rindió. Sin embargo, Sila tuvo primero su propio triunfo, luego permitió a Metelo Pío que tuviera su triunfo, relegando a Pompeyo al tercer lugar en una rápida sucesión de triunfos. Ese día, Pompeyo intentó eclipsar a sus mayores en un carro triunfal llevado por un elefante, representando sus exóticas conquistas africanas pero el elefante no podía pasar por la puerta de la ciudad. Se necesitó un rápido replanteamiento, para gran embarazo de Pompeyo y entretenimiento de los presentes.

Cuando Sila murió, en el 78 a. C., fue Pompeyo quien llevó su cuerpo a Roma y presidió su funeral. El Senado, entregó a Pompeyo el mando del ejército, con el que reprimió la revuelta del excónsul Lépido (a quien él en principio había apoyado como cónsul, en contra de los deseos de Sila) a las puertas de Roma. Tras esto el general sitió y rindió la ciudad de Mutina, donde se habían refugiado los partidarios de Lépido.
   
Para los historiadores de su propia época, así como de posteriores períodos romanos, la vida de Pompeyo era simplemente demasiado buena para ser verdad. No existía otro modelo más satisfactorio de un gran hombre que logró unos triunfos extraordinarios a través de sus propios esfuerzos, y aun así cayó del poder y fue al final, asesinado a traición.

Trabajo realizado por
Selena Rodríguez Fernández, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.