El 19 de marzo del 36 3, (hace 1647 años) una gran catástrofe abatió a Roma, la capital del Imperio: el templo de Apolo Palatino se estaba incendiado.
Al parecer, el incendio se produjo la noche entre el 18 y 19 de marzo en la parte sureste del Circo Máximo, en las cercanías de la Puerta Capena, propagandose el fuego con extraordinaria rapidez, debido principalmente a tres factores.
Capitel del templo de Apolo Palatino. |
La enorme cantidad de material inflamable que el fuego encontró a su paso y su disposición se correspondían con la mala urbanización y construcción de las casas, que formaban calles estrechas y tortuosas y, por lo tanto, en un momento estalló y creció el incendio... No había casas protegidas por recintos resistentes ni templos rodeados de muros, ni cosa alguna que pudiera representar un obstáculo.
Al parecer, el fuego fue también activado por un fuerte viento. Puesto que el viento, que provenía del sur y suroeste, cubrió toda la longitud del circo, provocó la propagación del fuego hacia el norte y noroeste de la ciudad, extendiéndose por el Foro Boario, monte Celio, Monte Palatino y la Vía Triunfal, y de allí descendió al valle Mucio, hacia la colina Velia y hacia donde, más tarde, se asentaría el Anfiteatro Flavio, el monte Fagutal y el Monte Oppio.
La precipitación de unos, la confusión de otros y el pánico y el terror de todos provocaron atascos y aglomeraciones, agravando con ello las situaciones de peligro y provocando nuevas desgracias al incendio.
El incendio fue de tal magnitud que estuvo a punto de consumir los Libros Sibilinos, que, desde Augusto, se guardaban en la base de la estatua del dios.
Trabajo realizado por
Cynthia Arrocha Arrocha, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.
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