7 de marzo de 2012

AUGUSTO RECIBE EL TÍTULO DE PONTIFEX MAXIMUS


En la Antigua Roma, el título de Pontifex Maximus se le otorgaba al principal sacerdote del colegio de Pontífices y era el cargo más honorable en la religión romana, al que inicialmente sólo podían aspirar los patricios, hasta el 254 a. C., cuando un plebeyo logró hacerse con el título. En los inicios de la República Romana el título tenía influencia meramente religiosa, pero fue ganando poder en el ámbito político hasta la época de Augusto, cuando el emperador lo asoció a la dignidad imperial. El último uso conocido del título por parte de un emperador se encuentra en ciertas inscripciones de Graciano el Joven, emperador desde el 375 al 383, aunque éste ya decidió omitir el término de su título imperial. 


Octavio Augusto vestido con el atuendo propio a su cargo de Pontifex Maximus.
El 6 de marzo del 12 a. C. (hace 2024 años), tras la muerte de Lépido, Augusto asumió adicionalmente la posición de Pontifex Maximus, el más alto sacerdote del colegio de los Pontífices, así como el cargo más importante en la religión romana. Esto no solamente reforzó su prestigio político, sino que al mismo tiempo fortaleció el simbolismo del culto imperial, al otorgar mayor prominencia a la religión romana sobre los cultos orientales. Tiempo después, el 5 de febrero del 2 a. C., Augusto obtuvo el título Pater Patriae («padre de la patria»).

Los emperadores romanos posteriores se verían generalmente limitados a los poderes y títulos concedidos originalmente a Augusto, aunque a menudo, para mostrar humildad, los emperadores recién nombrados normalmente declinaban uno o más de los títulos honoríficos dados a Augusto.

Con la misma frecuencia, mientras su reinado avanzaba, los emperadores se apropiarían de todos los títulos, independientemente de si éstos les eran otorgados por el Senado o no. La corona cívica - que posteriores emperadores llevarían físicamente puesta -, así como la insignia consular y el tejido color púrpura que portaba un general triunfante (toga picta) pasaron a convertirse en insignias imperiales hasta bien entrada la era bizantina.

Trabajo realizado por
Cecilia Acosta Pérez, alumna de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

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