22 de marzo de 2012

MUERTE DE GALIENO

En el 268 Galieno perdió el control de una gran parte de Galia, donde otro general, Póstumohabía declarado su propio imperio, conocido como el Imperio Galo. En la lucha contra este usurpador entró en juego otro general,  Claudio II Gótico Gótico, que, tal como se iba haciendo tradicionalmente, ganó la lealtad de su ejército y sucedió a Galieno en el Imperio.

Busto de Galieno.
          Irónicamente, Galieno consiguió los mayores logros de su gobierno meses antes de morir, en el 22 de marzo del 268 (hace 1744 años). Una invasión de godos en la provincia de Panonia se aventuraba desastrosa e incluso amenazante para la capital, mientras que al mismo tiempo los alamanes arrasaban el norte de Italia. Galieno detuvo el avance godo derrotándoles en la batalla. Luego se dirigió el norte y obtuvo varias victorias contra los alamanes. Cuando éstos fueron vencidos se volvió de nuevo contra los godos y, o bien él en persona o bien el general en jefe Claudio, llevaron al ejército romano a la victoria, aunque el comandante de caballería Aureliano fuera el verdadero vencedor.

En vísperas de estos acontecimientos, Galieno debió afrontar la rebelión de Aureolo, un general con tropas acantonadas en Iliria. Aureolo invadió Italia y tomó Milán. Galieno marchó a combatirle y puso sitio a la ciudad, pero, en medio de estas acciones militares, pereció asesinado. Muchos rumores involucraron a Claudio y a Aureliano en el complot, a pesar de que Claudio ordenase proteger a los familiares y partidarios de Galieno.

Durante el reinado de Galieno cesó la persecución de los cristianos, aunque la prohibición de esta religión seguía vigente. Esta actitud del gobierno imperial durará hasta el 303, cuando Diocleciano volvió a ordenar una gran represión.

La valoración histórica de Galieno es dificultosa. Por una parte, mostró gran energía en combatir a los pueblos invasores y en reprimir numerosos intentos por derrocarle, bien sea enviando asesinos contra los pretendientes, o bien derrotándoles en batalla. Por la otra, fue incapaz de unificar al Imperio romano, de facto dividido en tres al terminar su reinado (el Imperio Galo al oeste, el Imperio romano mismo, y los dominios de Zenobia en el Imperio de Palmira, al este). Era hombre ilustrado él mismo, pero no pudo, o no tuvo interés, en promover la cultura. Intentó varias reformas, pero éstas no trajeron paz al Imperio. Nadie pone en duda que el reinado de Galieno fue una época muy sombría para el Imperio romano, pero es difícil determinar si esto se debió a que las circunstancias sobrepasaron con mucho al Emperador, o si éste simplemente no tenía la competencia suficiente para regir al Imperio en aquellas circunstancia.

Trabajo realizado por
Julián Ferraz Rodríguez, alumno de 3º ESO A.
IES LUIS COBIELLA CUEVAS
SANTA CRUZ DE LA PALMA.

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